sábado, 29 de noviembre de 2008

El alcalde corrupto, la tonadillera y gente de poca mollera

Disculpad si últimamente me decanto por los títulos rocambolescos y de pareado fácil. Me induce a tal la añoranza de aquellos maravillosos años de la infancia, en donde todo, con su tinte rosáceo, parecía estar como sacado de un cuento. Sirva, pues, como homenaje a aquellos títulos de cuentos infantiles.

A fecha de hoy los cuentos han cambiado, pero nunca han perdido la vigencia. Forman parte de esa tradición oral, que siempre hemos visto con buenos ojos porque creiamos a pies juntillas que servían para perpetuar algo bueno. En cambio, si miramos con las gafas de lejos y precisamos el detalle, lo que mejor se ve tiene un tono más oscuro, y está todo como salpicado... lo mismito que si, tras habernos empapuciado a comer higadillos de algún mamífero, rumiante o no, nos hubiera sentado mal y hubiéramos acabado yéndonos de vareta.

Tal vez no hacía falta ser tan explícito, pero quería dejarlo claro: con la de casos y cosas que han pasado desde que el hombre echara a andar a dos patas, y aún seguimos comportándonos, las más de las veces, como monos. No creo que sea necesario ejemplificarlo con ningún caso concreto, ¡hay tantos!... y obviamente están las excepciones para confirmar la regla, pero a ver quien me discute que esto (la Tierra) sigue siendo un zoo.

Con razón se han dejado de ver ovnis. En planetas y galaxias remotos seguro que hay vida inteligente que intentó contactar con nosotros para ver si estábamos a la altura, pero de un tiempo a esta parte ya no se dan casos. Seguro que se han cansado de ver el mamoneo que nos traemos. No señor, nos pongamos como nos pongamos, no es serio este planeta (en sus tiempos los Mecano decían lo mismo del cementerio).

Y creo yo que, o nos ponemos serios, o la herencia que vamos a dejar va a ser una auténtica vergüenza, casi como lo son las apariciones públicas patrocinadas de este elenco de corruptos, ratas de alcantarilla, vividores y gentuzas varias a las que nuestra jodida, cutre y cotilla sociedad ensalza como si fueran auténticos becerros de oro.

El último caso tiene bigote. Hablo del alcalde corrupto (aunque a la tonadillera también la destacan por lo mismo), que disfruta de un merecido tercer grado, dado su buen comportamiento en el centro penitenciario... ¡Acabáramos! Ya sería la repanocha que etando en la cárcel pudiera seguir con sus corruptelas, lo mismito que un violador de menores, que no puede proseguir sus fechorías al no disponer de la carne trémula que tanto le pone... ¿No decía yo antes que seguíamos a la altura de los monos para según qué cosas?

Pues eso, que recién salidito de la trena, con su Isabelica comiendo jalapeños al otro lado del charco como queriéndose quitar de enmedio, van los de la tele ésta que presume de sus doce meses y doce causas, y le aflojan un pastizal para poder embaucar a toda la gente de poca mollera que puebla nuestro país.


Tras este patético episodio, que según dicen ha tenido pegados a la tele a más del 20% de los que se dejaban embaucar por el influjo pernicioso de los rayos catódicos a esas horas de la noche de ayer viernes, únicamente confío en que el cobrador del frac de este Estado descabezado, que sólo parece acordarse de sus gentes en campaña electoral, para cobrar impuestos (esto último es parte de esa tradición ya comentada al principio, que ha ido pasando de generación en generación, desde la época feudal), o para aplicar el manido pero práctico dogma del "divide y vencerá" (hoy en día representado estupendamente por el frenesí desenterrador de los fantasmas del pasado más reciente), obre en consecuencia y no deje que esos dineros acaben en Suiza o en una cuenta de cualquier otro paraíso fiscal.

No sé a tí, pero a mí me da vergüenza ajena y unas ganas de vomitar que lo mismo acabo echándole una cucharadica de Primperan al gintonic.

PD: Mañana a correr en Torre Pacheco. No sé si lo haremos delante o detrás del alcalde de la localidad, porque también lo tienen en cuarentena por corruptelas urbanísticas.

viernes, 21 de noviembre de 2008

ABDUCCIONES, VACACIONES y LA MONJITA DE LOS COJONES

No sé si se me habrá echado de menos. En el trabajo aseguran que no han notado mi ausencia durante la última semana en que he estado de vacaciones, lo cual tiene lo mismo de bueno que de malo, y estando como está el tema financiero, creo que tiene más de malo, pues resulta que si no se me echa de menos es que soy perfectamente rescindible. Mira tú, como la práctica totalidad de los políticos y parlamentarios.

Porque, mire usted que acongoja ver el hemiciclo tan vacío. Que deben tener frío sus escasas señorías (y señoríos, habría que decir, para el tema de la igualdad, que sólo nos acordamos de las igualdades cuando utilizamos el sustantivo que acaba en o, pero nada se dice si se usa el que acaba en a), de ahí que dediquen sus esfuerzos a calentarse, aunque sea a efectos lingüisticos únicamente.

Diríase que una nave de marcianitos ha hecho escala en la carrera de San Jerónimo y los ha abducido. Lo mismo es algo que viene de lejos y no lo habíamos notado tanto como últimamente, en que hacen pella los tíos como si no fuera con ellos la cosa. Pero estaréis conmigo en que un comportamiento, lo que se dice normal, no habían tenido nunca, ¿verdad? Y eso es con independencia de los colores del escaño que ocupen.

La última, como supongo que sabréis, es el tema de la tal Sor Maravillas de Jesús, a la que yo he bautizado en el título como "la monjita de los cojones", pero que nadie se ofenda, que sólo era para que rimara con lo de las abducciones y las vacaciones. Que si plaquita para arriba, que si plaquita para abajo porque estamos en un estado laico... ¿y no os resulta sospechoso que salga el tema justo cuando la crisis está en todo lo suyo? Porque al fin se ha reconocido oficialmente que estamos en una crisis d.... ¡que ha costado más que quitarse un neopreno sin haberse echado vaselina antes!

Pues si, amigos tris, por mucho que nos entrenemos, más tontos no vamos a ser. Porque siguen jugando con nosotros como si en lugar de escalar duras pendientes con un trece nos estuviéramos subiendo a un guindo cada día para luego caernos sin más.

Me jode un montón, casi más que el cuadriceps de mi pierna derecha que me está impidiendo salir a correr desde que volviera de mi semanita de asueto por los lindos y lluviosos parajes vascos (quien quiera, sea jugador de fútbol o no, que diga Euskalherria, que esa es otra polémica abaurda que ahora tienen por acullá).

Lo mismo es que entre tanto espíritu abducido, o de razón secuestrada, yo también me estoy dejando llevar... porque estoy que no me conozco de tanto entrenar.... Por una vez puedo demostrar que no es coña: ¡estoy entrenando en serio! Con su buena tiradita larga semanal (que ya iba por la hora y cuarenta y cinco, ¡y subiendo!), su sesión de tresmiles, y sus respectivas horitas de rodillos y farleses, obviamente en distintos días de la semana, dejando para el güiquen el tema pedalístico al aire libre.

En fin, que si quería conocer el límite, creo que ya me estoy enterando. Y lo peor es que veo peligrar la media de Torre Pacheco, ¡ahora que veía tan cerca bajar de una vez de la hora y cuarenta! Lo mismo me pongo a rezarle un poco a la Sor Maravillas ésta, a ver si obra el milagro y puedo salir por patas ya mismo, que estoy que me corro encima.

Porque no creo que sean las vacaciones que me sientan mal... ahora que lo pienso, fue justo cuando volví del asueto veraniego cuando me pegué el lechugazo imperial dejándome los piños. Ahora esto... ¡joder! ¡joder! Que no se entere mi jefe que lo mismo me propone dejarme sin vacaciones por mi bien. Decididamente creo que optaré por el remedio de la plegaria, a ver si salgo de este infierno... ¡o a ver si me abducen de una vez y me quedo reseteado para los restos y no sufro tanto de espíritu!