jueves, 19 de marzo de 2009

XV "duatSOL" de FUENTE ALAMO

¡Mis ocurrencias y yo!... DuatSOL, ja,ja... ¡que gran portento de la asociación de ideas que estoy hecho!... De asociación de ideas y de asociación de penas y arrastres: bastaba con verme en los últimos kilómetros de Fuente Alamo, y en esa especie de última transición en la que casi me hubiera dado tiempo a tomarme un aperitivo...


Pero a lo que vamos, que hoy no me apetece contar mis penas, que son muy de andar por casa y seguro que os fatigan más que pegaros una corrida de 7 kms. bajo el sol de Fuente Alamo, una tarde de ese agonizante invierno que está a punto de dejarle su puesto a la primavera. ¡Y mira que yo me esfuerzo!... Sigo los consejos de grandes gurús del éxito, que insisten en que hay que visualizar y visualizar lo que se quiere, pero por mucho que me veo entrando vencedor en línea de meta, entro más derrotado que el mariquitón de Boabdil (y eso que al principio llevaba detrás a mi amigo Andrés vestidico de enfermera -véase foto-).


Pero nada, como me voy de puente, voy a lo fácil, y rellenaré esta entrada subiendo la crónica que ya he hecho para la prensa (de momento sólo nos hace caso La Opinión -lo podréis leer el sábado en el suplemento "Juego Limpio"-), y que también podréis leer en la web de trimurcia.

En fin, ahí queda eso:

CRÓNICA XV DUATLON FUENTE ALAMO
Guevara y Vodickova no dan tregua

En la calurosa tarde del sábado 14 de marzo, organizada por el Ayuntamiento de Fuente Alamo, y con la presencia de 300 triatletas, se disputó la XV edición de su tradicional Duatlón, 3ª prueba puntuable para el circuito regional, además de ser Campeonato regional de Duatlón para policías y bomberos y la final del campeonato regional de deporte escolar.

Los hombres del Tragamillas se mostraron decididos a romper la carrera desde el inicio. Así, Raúl Guevara y Juan Emilio Miras lideraban los 7 kms a pie, por delante del almeriense José Mª Pérez, Bart Jaeken (Aguilas), los cartageneros José Costal y Francisco Pedrero y Pedro Alfocea (Caravaca), vencedor del campeonato de policías y bomberos.

Guevara se quedaría sólo al comienzo de los 30 kms. del recorrido ciclista, que transcurrían por el clásico circuito de los alrededores de la localidad con la inevitable compañía del viento. Pero la carrera recuperaría la emoción gracias al alicantino Rubén Galvañ (Crevillente), experimentado ciclista que, a pesar de haberse dejado casi un minuto y medio en el primer sector, consiguió completar una espectacular remontada, hasta ponerse a rueda del líder en los últimos kilómetros de bici.

Pero Raúl Guevara volvió a poner las cosas en su sitio después de la última transición, demostrando su gran estado de forma en la carrera a pie consiguiendo adjudicarse una merecida y clara victoria.

A Rubén Galvañ le quedó el consuelo de la segunda plaza, gracias a la ventaja conseguida en la bici, a pesar del empuje de Juan Emilio Miras, tercer clasificado al final.

En la prueba femenina, la checa Radka Vodickova, el “ciclón verde”, volvió a exhibirse como hiciera en Caravaca la semana anterior, y se mostró implacable desde el inicio. Las otras dos plazas de honor se las disputaban la lorquina Carmina Jiménez (Eliocroca) y Raquel Miras (Tragamillas). Y aunque el duelo entre ambas comenzó igualado, la pequeña de los Miras consiguió una ligera ventaja a pie que, ya en el segundo sector, Carmina neutralizó y volteó a su favor para acabar segunda.

La localidad ya está preparándose ya para su famoso triatlón, de renombre internacional, y que tendrá lugar el próximo 2 de mayo.

CLASIFICACIONES

Categoría Absoluta Masculina
1 – Raúl Guevara (Tragamillas) 1h20’27
2 - Rubén Galvañ (Crevillente) 1h21’15
3 – Juan Emilio Miras (Tragamillas) 1h22’13
4 – José Mª Pérez (Almería) 1h22’27
5 – Bart Jaeken (Aguilas) 1h22’32

Categoría Absoluta Femenina
"la checa de verde"

1 - Radka Vodickova (C.N.Reus) 1h30’58
2 - Carmina Jiménez (Eliocroca) 1h35’05
3 – Raquel Miras Costa (Tragamillas) 1h37’04
4 – Trinidad Ruiz (Tragamillas) 1h39’59
5 – Annika Asselman (Aguilas) 1h44’01

Policía y bomberos Masculina
1 – Pedro Alfocea Medina (Caravaca)

Policía y bomberos Femenina
1 – María Pina Garijo (Tragamillas)



ÉXITO EN LA FINAL D LOS JUEGOS ESCOLARES

Si por algo destacó el XV Duatlón de Fuente Alamo, fue por la extraordinaria participación en la final del Campeonato Regional Escolar en categorías alevines, benjamines, infantil y cadete (casi 120 niños y niñas llegados de toda la Región). Siempre es una satisfacción hablar del deporte escolar, tanto más cuando la participación es tan destacada y nos llena de optimismo e ilusión. Es mucho el esfuerzo, no ya sólo de los niños y niñas que se atreven con esta dura y esforzada modalidad deportiva, sino también de todos aquellos que aportan su granito de arena desde los organismos oficiales (Federación, Comunidad Autónoma, Ayuntamientos) y desde los clubes y colegios para forjar una cantera e impulsar ese espíritu de sacrificio desde tan tierna edad..

¡Enhorabuena a todos! Porque, con independencia del puesto en la clasificación final, a estas edades es importante crear la conciencia de que lo importante es participar y vivir el deporte desde dentro, con los amigos y compañeros. Como una pequeña familia que es lo que somos todos los que participamos con asiduidad en este o cualquier otro deporte.

Post-scriptum
La revelación corrió a cargo de la escuela de Duatlón del club A.D.Rumbo Fijo (Cieza), recién creada con alumnos del Colegio Antonio Buitrago de Cieza, que fue el centro con mayor número de participantes, cosechando las victorias en categoría Alevín Femenino y Benjamín masculino.

Podéis leer algo más de la segunda fase del proyecto solidario de nuestra A.D.Rumbo Fijo en el blog: ciezatriatlon.blogspot.com

domingo, 8 de marzo de 2009

CARAVACA SANTA y el duatlón de las seis bolas

Desde 1998 Caravaca de la Cruz es una de las cinco ciudades del mundo, donde se celebra el Año Jubilar Permanente. Es un privilegio que comparte con Roma, Jerusalén, Santiago de Compostela y Santo Toribio en Liébana. Y, aunque no será hasta el próximo año 2010 cuando vuelva a celebrarse el jubileo caravaqueño (que tiene lugar cada siete años a partir del 2003) otorgándose indulgencia plenaria a los peregrinos que acudan a esta ciudad santa de la geografía murciana, lo cierto es que ayer sábado 7 de marzo me dió la chifladura y decidí ser uno de los casi doscientos duatletas que aguardaban a que se diera la salida de la segunda prueba del Circuito Murciano de Duatlón...

- ¡que Dios me coja confesado! -pensé mientras afianzaba la decisión tomada, más por la incertidumbre de cuál sería la opinión de mi desentrenado ser, que por profundos ideales religiosos-

La empresa, en apariencia desprovista de cualquier aspaviento literario, tenía, empero, su miga, y estaba justificada la cavilación: llevaba tres semanas de siete días dedicadas a la meditación, al entretenido oficio de buscador de pelotillas ombligueras y a la peregrinación traumatológica, en busca de solución a las cuitas de mi desvencijada región antero-tibial, en la que, según parte médico-magnético, cuento con "cambios inflamatorios en tejido celular subcutáneo y dilataciones varicosas"... ¡arsa!¡quiyo! ¡eso es poesía y no el cantar de Mio Cid!

Finalmente pudo más el querer que el poder y salió esa cabra que me posee por momentos y tiró para el monte... ¡Si al menos me huiera encomendado a san Eubulio, a San Gaudioso, a Secúndolo o a Pablo el Simple, a la sazón santos del día!... pero no, allí estaba yo, decidido a emprender la romería del duatlón sprint de Caravaca en su décima edición, y mi previsora media mandarina advirtiendo si no serían precisamente unas "décimas" las que me habían perturbado, como al más alocado de los Quijotes, para tomar la salida, conforme estaba, sin forma alguna...

- ¿me estás llamando deforme? ¿es que no me has visto la panza, que ha vuelto a su ser, recuperando la característica ondulación cervecera que nunca debía haber perdido? ¡vamos, que forma, lo que se dice forma, si que tengo alguna, aunque sea más tirando a botijo!

Más como dijera Julio César (y eso que el romano en cuestión no montaba en bicicleta): "alia jacta est". Dispuesto para la batalla me calcé mis esparteñas de correr (para más inri sin plantillas, segundo error) y comencé a velar armas (calentar al trote cochinero) buscando compañías amigas que me animasen. Así, primero compartí unos metros (los primeros de suave retoce sobre el asfalto desde el día del "aberrunche" tibial) con dos compañeros del bando cistiano. A Cristian ya lo conocía, pero no a Alfonso Salar, que resultó ser un dicharachero "biker", con cuerpo de atleta, y quya sombra -tuve por seguro- dejaría de ver en cuanto se diera la salida.

Más tarde me tropecé con el clan de los Pacos, sorprendidos, casi tanto como yo, de verme vestido de corto. Y entonces fue cuando pergeñé la estrategia para la carrera, en plan Lute: camina o revienta al ritmo de un maratoniano con la rodilla chunga. Adelanto que dióse la segunda circunstancia, la que implica explosión, cuando el amigo Paco apuró el ritmo al ver que yo le aguantaba (ya me lo agradecerás después, mariquita, ¿no decías que te dolía la rodilla?.


Pero tras perder rueda antes de empezar con la bici (curiosa paradoja), habría de llegar el momento álgido de la prueba: la verdadera prueba de la prueba, con el paso por el caracolillo en dirección a Moratalla, Ahí es donde el X Duatlón de Caravaca se convirtió para mí en el "Duatlón de las 6 bolas"...

Porque por momentos estuve tentado de echar pie a tierra, pero decidí echarle las dos consabidas bolas colgaderas y aguantar a muerte en el grupo al que me había unido, formado por los amigos Andrés y Luis Miguel (de Fuente Alamo). Con esta decisión, valiente pero muy osada en lo físico, ponía en riesgo los empastes y las bolas de los ojos, que de tanto esfuerzo pensé que se podrían llegar a salir.



La suma, por de pronto, ya subía hasta cuatro bolas. Y mientras, casi sin pensarlo, estaba arriba, dominando Caravaca desde lo alto, con una magnífica vista -dada la tarde de espléndido sol y moderado viento que había salido-. Hasta me permití tomarme un trago, pero sin tiempo para mucha relajación, que el grupo iba incrementándose con combaientes que habían ido descolgándose de grupos más avanzados, y había ganas de más. Tanto fue así, y tal la casualidad, que sólo parecíamos recoger corredores de Fuente Alamo... casi parecía aquello una salida de amigos del pueblo que tiran a muerte para ver quien se queda y descojonarse el día siguiente. Animaba ver cada vez más cerca un grupo más numeroso que el nuestro unos pocos centenares de metros más adelante.

Salvar el giro de ciento ochenta grados para volver a poner rumbo a Caravaca me costó un calentón importante (tercer error del día haber estado a cola de grupo), pero conseguí no quedarme... y cuando enfilábamos la última subida, entonces lo ví claro, y además de quedarme clavado le dí titulo por adelantado a esta crónica de una muerte (en esta carrera) anunciada... ¡y es que se me subieron las bolas de los gemelos!

No sé si mientrss descabalgaba para intentar estirar la musculatura me pasaron cien o doscientos. Creo que además de la punzada muscular, viendo tanta gente adelantarme, sentí la misma decepción de aquel cerdito del cuento en que tras construir su casita con ramas, llega el lobo y soplando se lo tira todo... pues eso, todo el esfuerzo "bolar" por tierra, y yo en aquella carretera que, cuando volví a montar mi jumento sobre ruedas, se había convertido en un auténtco desierto.

Ahora ya, con más bolas que nunca, no tenía otra que seguir dándole, como pudiera, para llegar a lo más alto del caracolillo por la otra cara (más suave, por suerte) y dejarme caer hasta Caravaca. Entonces ya habría tiempo de decidir si abandonaba (algo que nunca jamás había hecho en una carrera).

Me animó el aliento de Mabel cuando me quitó las pegatinas al pasarme en las últimas rampas (lo de esta zagala es para ponerle un monumento a la simpatía), y hasta tiré de las únicas bolas que parecía tener en su sitio para recuperar virtualmente un puesto (luego lo perdería en el último sector).

En la bajada, por si no fuera suficiente, no quise arriesgar lo más mínimo (hay que ver lo que se reduce el valor cuando te saltas los dientes contra una piedra), y hasta vi un par de caracoles que hicieron amago de subirse a mi chepa... más que nada porque si se me hubieran subido en las lumbares los hubiera espachurrado.

Total, que conseguí llegar, marcándome un medio kilómetro final de contrarreloj. Creí ver la luz cuando comprobé que todos los músculos volvían a responder. Estaba seguro de que podría continuar hasta el final, aunque, eso sí, invirtiendo su buen minuto y medio (¿o fueron dos?) en la transición más tortuosa y tortugosa jamás vista.

Obviamente en los dos mil quinientos metros finales no conseguí rebajar el record de la prueba, aunque contando con las tres paradiñas que hice para estirar y que el último kilómetro (cuesta abajo) conseguí estabilizar la distancia que me sacaban los que me habían adelantado a pie, terminé relativamente contento, ¡jodido pero contento!... con las mismas ganas de reestablecer el balance hídrico que de encontrar un par de riñones nuevos... ¡vamos! que si hubiera visto un billete de quinientos euros en el suelo no estaba yo para agacharme a recogerlo.

Resumiendo: que como los dedos de las manos y las orejas son las únicas partes del cuerpo donde no tengo agujetas, he empleado los primeros para crear esta prólija historieta animada de mi carrera a la pata coja, y afino las segundas para oir todo tipo de improperios por el tocho cuasi novelesco que os he hecho padecer. La crónica oficial ya la podréis leer en la prensa. Y la clasificación ya está en la web de la federación. Si me buscáis en ella os aconsejo que empecéis de atrás hacia delante, que terminaréis antes.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Para qué voy a hablar de mis cosas si puedo hablar de las de los demás

Había pensado dedicarle una parrafada a la cosa del triatlón, más que nada por aquello de que si alguien entra a ver de qué va este Xarli en su blog no se asuste y piense directamente que soy como el famoso Follonero de la tele, pero en plan tostón y por escrito. Pero la verdad es que parafraseando, con la pertinente coña, a Santa Teresa de Jesús, lo único que se me ocurre es que últimamente ando sin andar en mí.

Para más señas, voy...
camiando por la vida,
sin pausa, pero sin prisas,
procurando no hacer ruido,
vestido con una sonrisa,
sin complejo ni temores,
canto rumbas de colores
y el llorar no me hace daño
siempre y cuando tu no llores...
...¡ostias! ¡que se ha apoderado de mi ser el espíritu de Melendi!...

A lo que voy, que últimamente he tenido limitada la movilidad y restringida 100% la posibilidad de salir a trotar. Así que muchas prisas no puedo tener, que son casi tan malas consejeras como algunos presidentes de equipos de fútbol haciendo pronósticos. Imagino que el salto cuantitativo que pretendía dar este año ha sido demasiado para mi body-globero y aún estoy un poco descompensadico en lo muscular. Las plantillas que me calzó el podólogo solventaron la inicial molestia perturbadora que tenía en el cuadriceps de la diestra pero la convirtieron, como por arte de birlibirloque, en una periostitis a la altura de la tibia de la siniestra, a resultas de lo cual he sido agraciado con un dolor aún mayor, acompañado de su correspondiente hinchazón.

Y entre eso y otros aconteres, caprichosa meteorología incluida que me ha impedido también salir a dar una tanda de pedales bien dados los últimos fines de semana, pasando por un obligado y urgente cambio de coche por fallecimiento del anterior y la mala leche que me he gastado en algunas jornadas por estar a palo seco en lo deportivo, pues eso: ¿para qué voy a hablar de mis cosas si puedo hablar de las de los demás?

Lo único positivo de momento es la profundización en el estudio de la anatomía muscular del aparato locomotor humano, materia en la que andaba bastante pegado, tanto más teniendo en cuenta que servidor es un servidor de las letras.

Por tanto, a todos los fans que ansiaban disfrutar de mis progresos deportivos, dígoles, con mucha pena y pesar profundo, que deberán esperar tiempos mejores. Dentro de nada empezará a olerse la primavera, y para entonces no quisiera tener excusa alguna, así que, si en algo me apreciáis, rogad a la mismísima Virgen de las Vendas, o al Cristo del periostio que me libre de todo mal. Yo prometo ser como aquel Jesusito de mi vida al que le rezábamos cuando niños: más bueno que un quintico bien frío en un día de esos sudaos.

Lo dicho, que seguiré hablando de las cosas de los demás, que me dan más risa. Ya os contaré, pero estoy negociando con el tío la vara un acuerdo comercial para repartirnos lo de dar cibera: el con su vara de medir y yo con la de escribir.