lunes, 23 de noviembre de 2009

¿QUÉ SE LE HA PERDIDO A BUGGS BUNNY EN JUMILLA?


Pues está bien claro: ¡¡¡ VINO !!!

Noticia extaída de ZanahoriaPress:
Buggs Bunny abandona su dieta vegetal rica en betacaroteno y se pasa directamente al tintorro de Jumilla.


No busquéis la noticia en los mentideros de internet, ni en los otros mentideros (los de las noticias de la tele). Al igual que la zanahoria es un fruto de la tierra, esta ocurrente forma de empezar la crónica del último duatlón cross de la temporada en el reino de Murcia (donde por cierto ya os adelanto que el rey ha sido Ramón García I de Puerto Lumbreras) es un fruto más de esta mente inquieta mía que no deja de golpearse contra las paredes de mi robusto cráneo intentando salir, tan ávida de carnavalescas comparaciones con las que disfrazar la realidad de diversas y coloristas vestimentas.

Vamos, que para siempre lo mismo, mejor contar cualquier chorrada que por lo menos divierta y entretenga... Aunque el caso es que, pensándolo bien, si que tengo algo nuevo que contar, lejos del habitual coqueteo con los últimos puestos. Vamnos a por ello:

1º Bolsa del corredor ==> nada de camisetas de algodón... En Jumilla, al pan, pan, y en la bolsa del corredor, vino.

2º Algo está cambiando en el mundo del triatlón... ¡está naciendo una nueva estrella! -aunque por el tamaño yo diría que no pasa de enana blanca-... ¿qué pasa? ¿no os lo creéis? ¡pues mirad bien la foto, a ver si localizáis al Guali Pascuali!
Ahí está la revelación de la temporada, en segunda línea de parrilla, con el dorsal 16, justo detrás de la élite (¡Bart Jaecken, el buen hombre, no se lo creía!), pero es que claro, con ese porte que uno se gasta, es normal que lo confundan con los buenos, ¿no?


Mas sigamos a lo nuestro: ¡pum! ¡cacharrazo de salida! ¡t'ól mundo en tropel a pisar uva! La peña no es muy numerosa, pero parece que con lo fresca que está la mañana, como que apetece correr rápido para entrar antes en calor.
-¡oye, un poquito de respeto, que si a mí me ha puesto delante la organización -eso sí, sin cobrar ningún fijo de salida- será por algo! -voy diciendo a todo aquel que intenta pasarme.

¿No decía yo que algo estaba cambiando? Pues como que empiezo a notarlo (y eso que aún no he catado el vino). Lo normal en estos casos: sales demasiado delante para tu nivel y te pones a un ritmo demasiado exigente. Alguno que otro pasa como perseguido por el espíritu de Zatopek, pero la cosa se estabiliza y me veo en una situación un tanto extraña: llevo casi tanta gente por detrás como por delante. Decididamente no es normal, por eso me recreo mirando la dispersa cola del cometa... ¡hay que ver lo cambiado que está esto corriendo unos segundos más rápido el kilómetro! ¡No me suenan las caras de los que llevo alrededor! ¡Eso es todo un lujazo para este cuerpo cavernoso mío!

Tengo una sensación estupenda. Es la primera vez que recuerdo estar sufriendo con gusto... Voy más rápido que en ninguna otra carrera que recuerden mis piernas. La segunda vuelta se me hace un poco más dura, pero aguanto el tirón y consigo dar alcance a dos corredores con los que he ido manteniendo la distancia. Habían anunciado 5 kms. en el primer sector, pero está claro que era bastante más (es posible que hayan seis). Basta con ver el tiempo que marcan los Guevara, Jaecken y demás en cabeza (rondando los 20 minutos). A mí me han salido 24'38. Perdonad que os aburra con mis cosicas de globero emocionado, pero es que me emociono.

¿Os he dicho ya que estaba disfrutando? Para celebrarlo me tomo un chupito en boxes, que ahora viene lo bueno: 28 kms. de BTT. ¿Qué más da perder unos segundos tomando un respiro?

Comienza la fiesta

Si hay algo que detesto más que las subidas son las subidas con piedras. Y si hay algo que odio más que las subidas con piedras son las subidas con muuuuchas piedras. Casi estoy deseando llegar a las subidas más duras, a ver si suaviza un poco el incesante repiqueteo que llevo en todo el cuerpo. Es el kilómetro 7. Ya voy cogiendo tonillo. Pero como diría la presentadora de un popular concurso del siglo pasado: ¡¡hasta aquí puedo escribir!!

Porque, ¿que pensariáis si os dijera que tras la bajada llego a boxes cuando no había colgadas ni una veintena de bicicletas? Este tío se ha pegado un trompazo y está delirando, ¿no?... Pues no, allí estoy yo, saludando a la concurrencia. Asombrando a propios y extraños; por supuesto a mi media mandarina que me animaba más que nunca: ¡¡qué bien vas hoy!!... ¿bien? ¿has dicho "BIEN"?

La realidad es que no iba tan bien. La realidad es que hubiera necesitado ir en moto (una de ruedas muy gordas para pasar por el pedregal que nos metieron). Pero me tuve que pegar una carrera-caminata-descenso sin pedales de 7 kms, pues fue en ese punto donde se acabó lo que se daba. Iba justo de fuerzas pero no fue esa la razón. Me tocó volver a patilla por culpa de una patilla... La del cambio, que se partió y me dejó tirado en medio del monte.

No os fustigaré con el relato de mi penoso regreso. La única parte potable -la de mi entrada en boxes corriendo, en plan lucha contra los elementos- ya la he contado antes. Se acabó lo que se daba por esta temporada. Y mi último objetivo, casi un capricho, el de quedar entre los 20 primeros de la Megaliga (reto que me había propuesto al empezar el año), no conseguido por culpa de una avería técnica (de haber terminado la carrera ocuparía el puesto 15 de la general, en lugar del 27). ¡Qué se le va a hacer!

Como diría Buggs Bunny, que para eso lo he traído a este relato del "duelón" cross de Jumilla -duelón, porque para mí fue como un duelo, ya que es la primera vez que no acabo una carrera que empiezo-, y porque había que verme corriendo por el monte, que más parecía un conejo disfrazado de duatleta: ¡¡¡ESO ES TO-TO-TO-DO AMIGOS!!!
.... Aunque, ahora que lo pienso, ¿eso no lo decía Porky?

lunes, 16 de noviembre de 2009

La penúltima globería

No es una promesa. Es una forma de hablar. Ya quisiera uno, que parece haberse encasillado como opositor perpetuo a insigne y muy leal globero del reino (¡pero estoy a puntico de aprobar la oposición, ja,ja!), que fuera de verdad la penúltima, y que, como tal, la siguiente fuera la última. Mas mucho me temo que no será así, y que a la siguiente le seguirá otra, y después otra... ¿habéis visto la pelicula del día de la Marmota? ¡pues lo mismico pero en globero!

Aconteció ayer domingo, tercer día del señor de noviembre de dosmilnueve. Lo mismo tuvo algo que ver una alineación astral producida en el sexto cuadrante cósmico de la Vía Láctea, de la que ni siquiera tengo noticia... ¡vamos! que seguramente estaba escrito en las estrellas con letra arial del veintiocho y yo ni me había dado cuenta, pero la cuadratura del círculo comenzaba cuando me anuncia Stani, mi guía espiritual del pedal, que salía con la peña de Cobatillas, por mor de la espantada del bueno de Juan, ese aspirante a IM, pero que de momento es más FM (FM, acrónimo habitual de Frecuencia Modulada, pero que en este argot más bien quiere decir: "Fiesta Man", porque no se pierde una el tío).

Y claro, como mis piernas con pelo no considero que den para seguir la estela de un conglomerado ciclista de élite dominguera (dicho sea con todos los respetos, no se me vaya a molestar nadie), y a pesar de la invitación de Stani de convertirse en una especie de lazarillo de goma, me excuso porque le aprecio y no quiero que se convierta su día de entrenamiento en un ejercicio de pastoreo. Además, tenía la intención de desvirgar mi nueva Orbea Onix, y tampoco era plan de meterse en un grupo muy numeroso, no fuera a ser que en el estreno terminara descabalgandome a mí mismo (lo que propiamente se denomina "estrenarse").

Quedé pues, conmigo mismo, para salir a pedalear en solitario por las cercanías. Con buen criterio pensaba que, de hacer el ridículo, mejor hacerlo a solas. ¡¡Y mira tú por donde acerté!! (últimamente estoy atinando con esto de los pronósticos más que con las quinielas de fútbol)... ¡¡válgame el santísimo señor de los Nazarenos y toda la estirpe de palomas mensajeras!!

En fin, no os preocupéis por mi salud. Al menos por la física, que no necesito puntos de sutura ni un nuevo repaso odontológico. Es más. Erráis si estáis pensando que me descabalgó mi nuevo jumento, pues no se puede caer de una bici quien no se monta en ella, ¿no creéis?... Al grano: que no pude ni llegar a montarme, pues en mi particular relación de amor-odio con los instrumentos insuflantes de aire a todo lo que sea rueda de bici, resultase que me cargué por la vía rápida la válvula de la rueda de atrás, dándose el agravante de no disponer a mano del debido repuesto ni haber hecho acopio del mismo en su debido momento.

Total, que después de la desafortunada globería y de haberme disfrazado de ciclista... ¡¡y es que no sé ni darle aire a las ruedas de la bici!!, con las orejas gachas y el espíritu entre las piernas, tuve que deponer mis ansias. Os rogaría que me recomendéis algún manual de esos de autoayuda que pueda infundirme los ánimos que se me desinflaron al mismo tiempo que lo hacía la cámara de mi bici. Porque creo que no hay demasiada literatura sobre el procedimiento para hinchar la rueda de una bici, que si no...

Bueno, de premio para quien haya aguantado la perorata, un lugar donde se me pasarían todos estos penares de globero:

lunes, 9 de noviembre de 2009

Erase una vez una bici muy cañera

Oye. Que es como para pensárselo: ni carbono ni aleaciones que parezcan productos derivados de investigaciones de la NASA. Si alguien piensa que le falta algo a su bici para ser la caña, aquí os dejo la propuesta definitiva: ¡una bicicleta de bambú! Vamos, de la caña de la que come el oso panda. ¡¡¡Y NO ES COÑA, SINO CAÑA!!! Tal cual, ¡palabra de globero!


¿Es o no como para pensárselo? Ligeras, resistentes, flexibles. A prueba de golpes (especialmente recomendadas para los globeros amigos de bajarse de la bici sin sacar el pie de la cala). Y encima no hay que cuestionarse la calidad, pues no viene de China (¡menuda trifulca montarían los osos panda si se enteran de que están usando el bambú para hacer bicis en lugar de para su gozo y disfrute!¡seguro que en lugar de montarse en ellas se las comían!).

La planta que las fabrica está en Ciudad del Cabo, allá por la República de Sudáfrica. Además, ¡mazo ecológicas!, porque su producción no requiere electricidad, y claro está: no se oxidan. Parece que ya hay algún diseñador de yankilandia interesado para exportarlas a todo el mundo. Dicen que aguantan hasta 300 kilos y además de modelos para carretera y montaña, tienen previsto una para carga, dado que también podrá ser usada por los campesinos para llevar sus productos a los mercados.

Bueno, y por alusiones, ya que estamos hablando de dureza, resistencia y flexibilidad, ¿qué tal si os muestro la foto de un tío que es la caña?... La foto es del duatlón de Cieza, subiendo la primera rampa del zigzag -cuando todavía tenía buena cara-. Después, como ya conté en mi "contracrónica", vino el chaparrón.

Por suerte, ayer en Puerto Lumbreras, este "lumbreras" no lo pasó tan rematadamente mal, a pesar del frío que hacía al llegar, la madrugaica que me pegué para meterme en otro fregado más, sobre todo teniendo en cuenta las pocas fuerzas que me guardé tras el rodaje de una horita a pie (con lo justico que sigo yendo a pie en esta pretemporada) del día anterior, y contando con que mi BTT estaba conforme la dejé después de la última prueba hace 15 días, con la cadena y el grupo suplicando aunque fuera un chupito de aceite de girasol y con más polvo que la tumba de Drácula... Pero es que es como un vicio...


(hablando de vicios, hete aquí un bici-oso)





La prueba fue curiosa. Los 20 kms. de BTT consistían en un trazado fácil de describir: 10 kms. tó p'arriba y 10 kms. tó p'abajo. Al llegar me conté los dientes y los tenía todos, así que, tan contento, sobre todo teniendo en cuenta el pedazo esprinaco que me marqué para ganar un puesto en la clasificación. ¡¡¡Globeros del mundo, uníos, y elegidme a mí como vuestro Dios, que sillín-mascota ya tenemos para el club!!!


PD: Un fallo fue que no pude tomarme ningún quintico. ¡Claro! Como los aironmanes no tienen lo que hay que tener pa tirarse al monte...