lunes, 7 de marzo de 2011

SE CAMBIA BUFANDA POR PIERNAS ETIOPES

No hace falta ser un dietista deportivo de alto copete para saber que un par de yintonises la noche antes de una competición no son la mejor forma de hidratarse.

Si hubiera tenido en cuenta esta reflexión antes de atreverme con el duatlón de Fuente Álamo, lo mismo la noche del viernes me hubiera metido entre pecho y espalda un buen plato de pasta en lugar de un par de jugosos pastelicos de carne, regados con abundante y fresca cerveza, y ese par de yintonises como colofón. O tal vez me hubiera abstenido de meterme en la guarida del lobo, algo que por mucho que suene a dicho típico resúltase que fue lo que aconteció, ¡con lo demostradamente mal que se llevan mis resultados físico-deportivos con la compañía de Paco El Lobo!

Está visto que me iría bastante mejor si en lugar de hacerme acomnpañar de mi bufanda etíope tuviera un buen par de piernas etíopes, de esas que te permiten correr como si fueras un ñú perseguido por una manada de guepardos del Serengueti. Pero de momento sólo tengo la bufanda...


Y como a pie sigo entrenando como un monje cartujo en cuaresma (es decir, con abstención total), enfrentarme a los 7 kms. del primer sector, con toda esa jauría de gamos corriendo delante (¡menudo plantel el que se dio cita en Fuente Alamo!) y la bandada de gacelas que salieron 7 minutos después y me alcanzaron justo antes de llegar a boxes (¡aquello parecía una prueba del campeonato del mundo o 1 chiste de los malos: 1 checa (Vodizkova), 1 española (Ainhoa Murua, nada menos), 1 belga y 1 irlandesa! jaja), pues como que sonaba bastante atrevido. Basta echarle un vistazo a la clasificación para ver que apenas llegaron a boxes por detrás de mí una docena de participantes.

Al menos dando pedales me porté como un jabato y fui capaz de aguantar el ritmillo al que me llevaron un par de ilicitanos que se habían tomado la carrera a pie aún con más tranquilidad que yo. Eso si: me llevaron con el gancho los 30 kilómetros. Fue toda una experiencia, y no sólo porque no me quedara de rueda, sino por los continuos abanicos a los que tuve que adaptarme por el viento racheado del circuito, y por lo espectacular que fue ir superando al menos a un par de docenas de corredores que se habían ido quedando en tierra de nadie y que no lograban aguantar ni quinientos metros al fuerte ritmo que llevábamos (me salió una media de 32 km/h).

En la última transición, supongo que también me sirvió el duro entrenamiento de los ´2 últimos sábados, porque fui capaz de aguantar los 3'5 kilómetros a unos 5 min/km, con la desconocida sensación de no ir al límite.

Eso sí, lo que no me resultó desconocido fue el "frío santapolero" que me dió de camino para el coche. Y los sudores de esa noche hasta que conseguí descansar y rellenar el vacío saco de fuerzas.

Después de todo, y una vez recobradas las fuerzas, no me fue tan mal. Puesto 162 de casi 200, y casi 3 minutos menos que en mi anterior participación hace 2 temporadas (a pesar de haberlo hecho bastante peor a pie). Parece que las sufridas salidas en bici con los campillicos, los zagaliquios de Monteagudo y Alejandro, el señor de los manguitos (que es tan buen zagal que hasta le comentaba a otros corredores en meta que yo era un máquina en la bici, jaja... ¡lástima que se quedara a sólo un par de segundos de pillar cacho en su categoría! ¡ya lo siento, amigo!), están dando sus frutos. Va a ser verdad que no se mejoran las marcas llevando una bufanda sino entrenando.

PD: Tengo otros testimonios gráficos de mi pseudo-hazaña. Lo mismo si hay "quorum" de demandas me animo a subirlas.

PD2: por si alguien quiere leer la crónica oficial de la prueba, la buena, la periodística, adjunto un enlace interesante, tanto más cuanto os resultaría familiar saber quien la ha escrito.
http://www.laopiniondemurcia.es/deportes/2011/03/07/jesus-gomar-ainhoa-murua-coronan-prueba-alto-nivel/307323.html