viernes, 6 de julio de 2007

QUE VIVAN LOS CUERNOS Y OLÉ

Obedeciendo el sabio consejo que me ha dado mi buen amigo Estanis, que está hecho el tío de hierro y no de plástico fino, como decían los de Radio Futura, aunque puede que si tenga un tacto divino -¿o no Mariló?- canción de Radio Futura-, me he decidido por darle un airecico veraniego al que, posiblemente, sea, no sé si el mejor artículo del mundo, pero si el último antes de marcharme de vacaciones.

Este humilde y, en ocasiones, barroco blog, cierra sus puertas hasta que le hayamos dado un buen meneo a este pedazo de canícula que se nos ha venido encima, como unos buenos y bravos cuernos de Mihura al capote de José Tomás.

Y precisamente he elegido los cuernos como el tema central, por aquello de lo característico que son las cornamentas en esta época del año: a las puertas de San Fermín que estamos, ¿cómo no ibamos a hablar de cuernos?....

Aunque no sólo en Pamplona hay cuernos (bull's horns), ¡que son más universales y variados que los gallitos de Enrique Iglesias!. Hay sobre todo cuernos sexuales (tal vez en los que estabas pensando principalmente, mi querido y sufrido lector), pero también cuernos de la abundancia y cuernos quemados. Los llevan de sinigual envergadura los pánfilos maridos de esculturales hembras, y las revejidas esposas de desvergonzados donjuanes que ofician de Rodriguez, los lleva nuestra enseña patria, al menos la tuneada que nos hemos inventado sobre la marcha en nuestro país de marcha y más marcha. Se los ponemos al vino dándonos a beber cerveza cuando aprieta "la caló". Se los ponemos al deporte que practicamos durante el año, dejándonos barriga larga durante el verano (¡ya vendrá septiembre para regocijo de gimnasios y creadores de dietas milagrosas quemagrasas!).

¡¡¡Y LO MÁS IMPORTANTE!!!... se la ponemos al jodido curro de los cojones yéndonos de vacaciones, ¡cuanto más lejos mejor! Yo mismo sin ir más lejos (bueno, es un decir porque siempre procuramos irnos en busca del quinto pino), me pillo la treintena, la de días me refiero, porque en lo tocante a la edad estoy más cerca de la mítica cuarentena.

Por tanto, pues, y en consecuencia -que me luce ser un poquito redundante para rematar la faena-, de quince a quince no me busquéis, porque no me váis a encontrar, voy a estar "misin". Y tened presente que si me encuentro con Curro o con el dichoso perrito Pancho, les voy a dar una somanta de ostias para robarles hasta el último céntimo y darme a la vida plácida, al lujo, a la orgía y al desenfreno.

Lo dicho, que vivan los cuernos y no dejéis de afilad vosotros los vuestros, que lucen más.

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