sábado, 20 de octubre de 2007

EL CONSUELO DEL OSO POLAR

Si la vida es dura, la del oso polar es la hostia de dura. Casi tanto como la geta de algún oficiante de la vida política que yo me sé. Este bicho (vuelvo a referirme al oso polar, para que nadie se pierda nada más empezar), además de ser gordo y vivir más solo que la una en punto, va toda su puñetera vida con el mismo abrigo, que es de pelo blanco y se pone hecho unos zorros cuando le saltan manchas de sangre (porque purés y verduritas a la plancha os puedo asegurar que no son su dieta básica). Eso sí, como vive en la nieve, que también coincide que es del mismo color, pues se puede revolcar todo lo que le venga en gana por el suelo, como hace cualquier rutilante estrella del firmamento balompédico que se precie.

No tienen Play Station y, consiguientemente, tampoco tienen amigos. Porque en el polo podrían juntarse, ¡no sé!... ¡con las focas, como un amigo que tengo al que le van las mozas bien entradas en carnes! Pero éstas no están muy por la labor, porque si se juntaran pensando en darse el gran revolcón con el gran oso macho, más que en la cama acabarían en la cazuela. Esto último es un claro eufemismo para explicar sin demasiada crudeza –por si hubiera público infantil o demasiado susceptible entre los lectores de este manifiesto- la forma en que se ventila el oso el suculento manjar si llega a ponerle la zarpa encima.

Pensándolo bien, lo cierto es que a la pobre foca, si no es por los cazadores que las persiguen despiadadamente por su apreciada piel, es por los osos polares, más preocupados por lo que tienen bajo el pellejo, con lo que también tenemos un ser polar de vida más bien jodidilla. Pero de estos animalejos, que si se ponen con un balón en el morro, son casi como Ronaldiño (lo decía por los malabares que son capaces de hacer con la pelotita, pero ahora caigo en que también se le parecen en lo de los morretes) ya habrá ocasión de hablar otro día.

Volviendo a la vida del oso polar, y más concretamente a su vida sexual, resulta que la hembra es la que marca el ritmo. No es que eso sea algo que diferencie demasiado a nuestras especies, pero si a nosotros nos cuesta mojar, ¡ni te cuento al oso polar! ¡Pobrecico!... No se trata de que la osa padezca habitualmente de jaquecas cuando “toca”, ¡ya sólo le faltaría eso a este simpático ser de novecientos kilos tirando a la tonelada! Ciertamente es mucho peor. Atención a la gran putada: a la hembra sólo le entran ganas cuando le llama el instinto maternal, algo que ocurre cada tres años. ¡Y los funcionarios se quejan porque no les lleguen los bienios! ¡o los futboleros porque los mundiales sean sólo cada cuatro años! … ¡hay que ver cuanto daño ha hecho la desaparición del servicio militar obligatorio! ¡qué generación de nenazas!

Todo esto lo aprende uno gracias a los documentales de la dos y al Nacional Geographic. Yo los veo cuando puedo, os lo prometo por los osos amorosos, por el osito Misha y por Jackie y Nuca. Y como dicen que el saber no ocupa lugar, atentos todos, porque no es excusa vivir en un piso de VPO o en un trastero en Churra. Más espacio ocupan nuestros prejuicios y no los desalojamos a la fuerza como si habitaran ilegalmente en una cañada más o menos real.

En lo sucesivo, antes de protestar, renegar, rezongar, refunfuñar o gruñir, adicionando las ineludibles blasfemias, acordaos de la vida del oso polar. Aunque si en lo de “empujar” gozáis de una dosis similar, lo mismo no os sirve de consuelo, sobre todo porque, que se sepa, el oso polar no tiene por jefe a un cabrito viejo.

7 comentarios:

Jetlag-Man dijo...

MACHO ¿TIENES UN CONSULTORIO PARA OSOS? POR CIERTO, NO TIENEN CONFLICTOS INTERNOS CUANDO SE PONEN "HECHOS UNOS ZORROS"?
SALUDOS DESDE TORONTO

XARLI dijo...

Ramón, ¡cuidado no te vayan a "raptar"!... los Raptors de Garbajosa y Calderón, quiero decir.
En cuanto a lo de los osos, la suerte que tienen, dentro de su comentada desgracia sexual, es que al vivir solos, como en piso de solteros, si van en plan guarreras, con chorretones o lamparones, ninguna voz femenina los pone como hoja de perejil.
Por cierto, te perdiste ayer el duatlón cross de Cieza, con su zig-zag, que es más "divertido" que el de Murcia...
Que te sea leve la vuelta.

Jesús dijo...

Esta mañana cuando ha sonado el despertador, me he levantado de lunes, osea cabreado, y me he dicho: "Enga, vamos, acuardate del Oso Polar".... y entonces lo he visualizado, andando en la nieve, nadando, de nuevo andando en la ventisca..entonces me ha dado frío, me he tapado hasta las orejas, me he quedado dormido, y he soñado con osos.
Gracias.

En serio: Enganchándome a tu blog. Mu bueno.

Andreseitor dijo...

Seguro que al oso polar no le recriminan que cuantas horas entrena ni na de eso...

Jetlag-Man dijo...

Xarli: el año que viene te quedarás el tercero en Cieza, que ya estaré yo para subiros la moral.

XARLI dijo...

Jeús, entre otras cosas buenas del interné, que no todo van a ser tetas y culos, se encuentra la posibilidad de encontrar "bloses" como éste, donde lo mismo pueden leer las desventuras del oso polar, que se habla del precio del tomate (temas, obviamente, todos ellos de interés nacional).
En fin, que si te gusta no dejes de entrar, que está en tu casa universal, je-je.
Andriu y Ramón: os echamos de menos en Cieza, yo sobre todo, por aquello de haber tenido una rueda amiga en el duro sector de la bici, que me quedé más solo que el socorrido oso polar. ¡Y eso que Garban con el micro en la mano no dejó de decir que yo era uno de los tapados de la carrera!Tanto tanto me tapé que ya casi nadie me vio al entrar en meta, je-je. Si al final va a ser que tengo madera de oso polar... menos mal que yo si tengo la compañía de mi "osita".

stani dijo...

Acho, para Oso guapo el Oso Gris ese de los EEUU, ese que se come lo salmones o lo que sea en el aire, joder que respeto le tiene la peña, acho incluso los lobos salen a "to cebolla" cuando lo huelen, eso si que es señorío y clase, y no la maricona del oso blanco que cada vez que veo uno me recuerda a Jon Galiano ese.... o no?