sábado, 19 de mayo de 2007

SE BUSCA ALIANZA DE CIVILIZACIONES

Bienvenido al club si eres de los que, como yo, ves cierto parecido entre el individuo que ostenta actualmente la presidencia del gobierno patrio y el inmortal personaje que la fastuosa inventiva del señor de Cervantes y Saavedra (olé su madre, que siempre nos olvidamos de las progenitoras al recordar a los ilustres personajes) creó para deleite universal y jodienda del estudiante de bachillerato, ese que odia a muerte la literatura cuando conlleva la obligación de leerse tochos como el del Quijote, tanto más si no hay dibujos (ilustraciones que diría un académico, al más puro estilo Doré).

Aún a riesgo de que me tachen de izquierdista, rojo, progresista de botella o socialista del capullo (dicho así pudiera entenderse como agravio y hasta como halago enarbolando una flor en ciernes), he de reconocer que monsieur Zapatero, con su séquito cercano de vicepresidentas vestidas de Prada, portavoces macarrónicos con pintas de reencarnación gallega del mismo diablo y algún que otro anacrónico personajillo filibustero -que lejos de ornar y dar boato sólo contribuyen a la generación de expectoraciones populares-, intentó una jugada maestra, recién llegado a la poltrona moncloesca, para pasar a la posteridad, si no por lo que hizo (que estaba claro que iba a ser más bien poco) sí por lo que dijo.

A mi, insisto, no me busquéis color, que soy como el vino que tiene Asunción, y ni de un talante político u otro me considero. Yo diría que me encuentro entre los "abstemios" de política y asisto, desde mi celeste, neutral y crítica cúpula, a los desmanes que, con diez cañones por banda, hicieron, hacen y harán los acérrimos desde uno y otro bando.

Zapatero I "el pactante", de entre la abultada y hasta desesperante lista de propuestas con que siempre ha tenido a bien presentarse ante la gran tribu hispana, será recordado para los restos por su quimera de conseguir la paz, no sólo nacional sino mundial, aspirando al Nobel, o quién sabe si a la beatificación pontificia, en virtud de su Alianza de Civilizaciones. Bueno, tal vez también lo recordemos cuando, al ir a desembolsar el justiprecio de cualquier bien o servicio (por ejemplo un café) y realmente pensemos que es un precio beneficioso a nuestros intereses o por debajo de mercado. lo cataloguemos de ganga, chollo o precio Zapatero.

Pero es que esa Alianza de Civilizaciones es como un triángulo de las Bermudas tierra adentro. Una búsqueda mucho más complicada que la de la misma piedra filosofal. ¿Es acaso D. José Luis una especie de profeta vestido de pana y con más pintas de Mr.Bean que de presidente de los españoles? De lo contrario no se explica ese repentino interés por hacer de su capa un sayo, o de emular al mismísimo Superman, intentando resolver enfrentamientos encarnizados y casi eternos, pues existen desde aproximadamente el mismo comienzo de los Días. Para enfrentarse a la sinrazón -a las pruebas me remito-, por desgracia no son suficientes las buenas palabras, entre otras cosas porque las palabras, por muchas grabadoras que haya inventado Sony, se las termina llevando el viento.

¿Por dónde para la pretendida Alianza? ¿Alguien ha denunciado su desaparición? ¿o se abandona ya la búsqueda de esa aguja desesperados por toda la paja que sigue habiendo en el pajar? Si alguien la ha visto que lo diga. O que se calle que ahora en campaña parece que ha dejado de interesar; supongo que no encajaría en este ambiente tan hostil de despelleje.

Es curiosa la diferencia que puede haber entre el dicho y el hecho, y a nadie se le ocurre sacar el metro para medirla. Los medios de comunicaciones, que cumplirían una interesante labor si contarán con la independencia de la que presumen y de la que, evidentemente, carecen, olvidan con demasiada rapidez. Casi con la misma que luego vuelven a retomar los asuntos presumiendo de ser los adalides de la lucha social y las cuarenta mil causas perdidas.

A todos ellos (medios de comunicación) una especial dedicatoria crítica: ¿a que habéis escupido a los cuatro vientos que un español, policía en Gaza, ha fallecido víctima de un fatal y malintencionado disparo? Nos hemos enterado todos, ¡si!, un español, pobrecito, y nos habéis hecho partícipes de su peculiar historia, y de la tragedia de su familia (cuyo dolor, obviamente, comparto, pues tengo la jodida costumbre de ponerme, aunque sea virtualmente, en la piel de los que sufren para intentar percibir lo que duelen las crueldades de la vida o los vividores). Pero, lamentablemente, no es la primera víctima de ese desastrosa forma de entenderse que tienen por aquellos territorios bíblicos. ¿Qué sucede? ¿que según sea la nacionalidad de la víctima nos debemos sentir más o menos apenados?

En tiempos era a pedradas (costumbre que parecen no perder con la perpetuación de intifadas), y hoy es a base de engendros mecánicos que escupen balas y muerte. Mientras, los jefes del cotarro, con sus barras y estrellas, sus guerras preventivas y la anuencia del mal llamado mundo avanzado, no dudan en perpetuar tales desmanes en pro del crecimiento económico. Al menos el de sus cuentas bancarias.

¡Viva la asociación del rifle!, ¡vivan las torturas consentidas! ¡y que se mueran los feos mientras yo sea guapo!

2 comentarios:

stani dijo...

Muy bien amigo, pero te voy a dar un consejo, no sigas por ahí, recuerda la pelicula "el informe pelícano"?, no quiero perderte por un asunto así, de todas formas no desesperes, José Luis I "el iluminado" nos sacará de esta y con cuatro años más volveremos a ser el país que nunca deberíamos haber dejado de ser....

XARLI dijo...

Como no sé muy bien si estás de coña, como además el pelícano ese es un bichejo muy feo al que en nada quiero parecerme y teniendo en cuenta que tu actual estado "pre-Roth" te puede llevar a cavilar y ver gigantes donde sólo hay molinos, cual Quijote de Monteagudo, pues nada... dejaremos en paz de momento los temas políticos, que también me apetece hablar de cosas menos tristes.