lunes, 26 de noviembre de 2007

Equivocarse es de sabios

Antes de que alguno de los muchos lectores eruditos que devoran mis bloguerías sienta la tentación de corregirme, permitidme que justifique el título.

Nuestro viejo y curtido refranero afirma, no sin razón, que rectificar es de sabios. Y que equivocarse es propio de los que tienen boca, amén de los pendones desorejados que no piensan las cosas antes de hacerlas ni después porque sencillamente tienen las neuronas en paro biológico. En resumen, que cualquiera se puede equivocar, pero haciendo uso de nuestras inmensas capacidades y echándole la moralina adecuada: rectificación al canto, golpecito de pecho, y aquí paz y después gloria, que lo mismo le canonizan a uno o le hacen ministro de exteriores.

Pero hete aquí que este humilde servidor, siervo de las letras, y eterno buscador de la piedra filosofal, demostrará que equivocarse -¿por qué no?- puede llegar a ser de sabios con todas las de la ley. ¿No conocéis ningún caso? Pues yo si, y os halláis ante la prueba viva.

Resúltase que un día a finales del pasado mes de junio, san Juan mediante, estaba yo en el ejercicio de mis obligaciones fiscales para con la Hacienda Pública... ¡vamos! que estaba haciendo mi declaración de la renta y, como cada año, me salía a devolver.

Esto de excederse en las retenciones, bien pensado, es como una especie de hurto que le hacen a uno mes a mes, aunque los que más se quejan son los que han de pagar al final, porque les han ido reteniendo menos de los que les corresponde por su tipo. Aquí me váis a permitir una apreciación, para aclarar que Elsa Pataki no paga más a Hacienda a pesar del tipo que tiene, ¿está claro?... pues continuamos.

Como hispano de pro, procedí a apurar hasta el último día para cumplir con la mentada obligación. Y quedé, con innegables ansias, a la espera de ver reintegrados los excesos amatorios del fisco para con nuestro bolsillo. Y así hasta el día de hoy, en que, para mi sorpresa, recibo una carta certificada de la casa de todos los españoles en donde se me comunica que no sólo no me devuelven, sino que me reclaman una ingente suma de pecunio. Lo documentan con multitud de números, ¡matemáticas para qué os quiero!... y en plan ultimátum, después de haberse pasado cinco meses extras "custodiando" mi dinero, ahora me dan 10 días para que haga el ingreso o reclame, ¡que si quieres arroz Catalina!

Por suerte, al tener mi materia gris siempre activa (a veces incluso demasiado, ¡para qué negarlo!... ¡menos mal que no pasa lo mismo que con mi cuerpo de atleta!), me ha bastado echarle un ojo a toda la retahíla de cantidades y cifras, bases liquidables, reducciones, cuotas íntegras y demás pasteleo fiscal que me adjuntaban a modo de prueba aclaratoria, para comprender que, efectivamente, el suscribiente había metido la zarpa hasta el fondo del tiesto... pero como todo sucede por alguna razón, lo mejor del asunto es que, gracias a este error, he podido comprobar que, si no sabio, al menos no soy el más torpe del barrio, pues deben tener en Hacienda a un jenares (me temo que habrá un pilón de ellos) que, de lo listo que es y lo bien que barre para casa, lo mismo llega a Inspector Jefe. Y si pretenden excursarse culpando al ordenador o al programa "padre", les diré que lo revisen, no vaya a ser que haya tenido nietos y sea ya "abuelo".

Mañana acudiré con una media sonrisa a preguntar quien ha sido el revisor de mi cuenta. Salvo que tenga bigote y pinche, lo mismo le planto un par de besos, porque me va a permitir un desembolso extra esta próxima Navidad. Y es que el error que había cometido realmente, y que no han subsanado aún, era en mi contra, por lo que han de devolverme un buen pico de euros más.

¿Quién dijo que equivocarse no es de sabios? A mi este error me va a "saber" a gloria. Algún día os contaré otro caso.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Hacienda somos todos.Por eso los vascos tenemos la nuestra! jeh!jeh!

stani dijo...

Al final vas a pagar o qué?, No si veremos a ver, tanto quejarte y resulta que no pagas los impuestos correspondientes, tiras papeles al suelo, etc.... vaya un personaje jajajaj. olé.

XARLI dijo...

Hola "zagal" del norte. Ni mutila "del Sur" naiz... ¿qué? ¿sorprendido de que, además de nuestro panochico, también sepamos lenguas "raras"? je,je. ¡Si es que los murcianos, aunque no tengamos Hacienda propia, somos "esnea"!
En cuanto a tí, Stani: por un papel que tiré (y que recogí, por cierto), tirapapeles me llamaron... ¡menos mal que por eso no multa Hacienda, ja,ja!

stani dijo...

Efectivamente,pero lo recogiste porque yo te insistí, o no?

Andreseitor dijo...

Pues ya tienes parné para pagarte unas rondas!. (tener amigos para esto)

stani dijo...

Acho, al final que? pagas o no?

XARLI dijo...

Stani, luego no digas que estás pa que te den el Señor de tanto entrenar, que para esto de meter el dedo en el ojo no te cansas, ja,ja.
No obstante, y para que no sufras más con esta aventurilla que nos ha surgido con el fisco (ya que veo que no has entendido nada de lo que he escrito), te confirmo que no sólo no tenemos que pagar, sino que nos devuelven más dineros.
¿Contento? ¡ale! pues sigue durmiendo, ja,ja.

stani dijo...

Querido Xarli, con Hacienda hemos topado, mientras ellos no digan que efectivamente hay un error ten pon seguro que te toca pagar, por muy claro que lo tengas, olé.

Anónimo dijo...

Buenos dias Xarli, soy Xavi, ¡Que callado te lo tenías! Por eso no le das importancia a los incentivos... y a ver si el próximo año haces bien la declaración y no tienen que avisarte nuevamente... Aunque bien pensado... así te dan otra alegría.