miércoles, 2 de enero de 2008

Otro año nuevo más o cómo pasa la vida

Con la triste excepción de aquellos seres que se han dejado llevar irremisiblemente por los demonios del abandono y la desesperanza, siempre confiamos en que la llegada del nuevo año nos traiga un halo de brisa fresca para orearnos a nosotros y a nuestras circunstancias, o que aparezca la dichosa estrella que, desde tiempos inmemoriales, utilizan como navegador doméstico ese venerado trío de majestades de oriente a lomos de sus jorobadas monturas, más que nada para ver si se reconduce el rumbo de esas vidas que llevamos, de por sí también, un poco jorobadas.

Pero hay cosas que no cambian de la noche a la mañana. A pesar del concierto de año nuevo con su marcha Radetzky (composición orquestal de Johann Strauss padre en honor del mariscal de campo austriaco Joseph Wenzel Radetzky, que salvó el poderío militar de Austria en el norte de Italia durante la revolución de mediados del xix, ¡una de culturilla general para empezar el año!), los tradicionales saltos de esquí desde la estación de Garmisch-Partenkirchen (localidad alemana donde se inicia el torneo de los cuatro trampolines), o las monumentales resacas que arrastramos a lo largo de este día en que se pone de tiros largos el calendario (para este último apunte no creo que haga falta ninguna aclaración cultural),–que son las tres cosas más típicas de esta jornada de estreno, si no contamos con las vomitonas-, lo cierto es que a nuestras vísceras no les da tiempo a adoptar ningún cambio significativo en tan poco tiempo. Nuestras cabezas no están para pensar en nuevas estrategias vitales, ni para concebir flamígeros gestos que vayan a invertir el secuestrado curso de nuestras vidas. Nuestros hígados, esponjados y rezumantes como bizcochos borrachos, son excepcionales termómetros. No hace falta que nos empeñemos en seguir buscando: no vamos a encontrar ningún zapato de cristal. Lo que hemos perdido son unas cuantas neuronas, ahogadas en el temporal etílico de la fiesta nocturna, algo de oído con tanto vatio desenfrenado, y una estupenda oportunidad de conquista amorosa, para los que no estéis feliz o infelizmente anillados. Todo eso, como las oscuras golondrinas del salón en el ángulo oscuro, no volverá.

Hay cosas que pasan porque tienen que pasar. El tiempo mismo pasa.Y hay cosas que no pasan ni pasarán hasta el fin de los días. Aunque nos hayamos levantado con los dulces acordes de un vals y las melodiosas notas de la polka y consigamos apagar, con la inestimable ayuda del ácido acetilsalicílico, la orquesta monocorde de grillos que no deja de castigarnos la gris sustancia, poco o nada ha cambiado. Si acaso los precios, continuando su impertinente escalada. Porque el odio, la envidia y la estulticia se han levantado con la Humanidad, el banco no se olvidará de pasarte la factura de los excesos económicos tirando de visa y la hipoteca, y además, tendrás que enfrentarte a la cuesta de enero, que ya está perfectamente asfaltada.

Lamento ser yo quien te lo diga pero es mejor que lo sepas cuanto antes. La vida pasa. Pero tenía razón Julio Iglesias cuando lo cantó a los cuatro vientos porque sigue igual. De todas formas feliz año nuevo.

http://www.culturageneral.net/musica/clasica/htm/marcha_radetzky.htm

5 comentarios:

Jetlag-Man dijo...

Hola Xarli: ¡me encantó conocerte tras la San Silvestre Crevillentina, junto a todos tus compañeros de club y paisanos murcianicos! (te mereces la resaca por escaquearte).
¡Feliz año!

stani dijo...

Hablando de las hipotecas! esta nochevieja no me chispé mucho, vamos! lo de todos los años, olé, y mientras tenga salud y perras lo seguiré haciendo, con dos cojones....

XARLI dijo...

Ramón, si llegaste a verme en la Sansil de Crevillente, que S.Nicofato te conserve el oído, pq lo que es la vista la tienes estupendísimamente, ya que eres capaz de vez personas a más de 800 kms. ¡qué tío, ja,ja!
Aunque lo mismo es que tengo el don de la ubicuidad, ¡ya decía yo que estaba un poco raro el domingo! ¡ah, no, que fue que estaba hecho polvo de pegarme una pijá a correr como si llevara una pandilla de leones detrás camino de Bilbao, ja,ja!
En fin, si a quien saludaste era alto, guapo, fuerte, con capacidad para atraer a cientos y cientos de mujeres, ¡es normal que lo confundieras conmigo, ja,ja!
STANI, a tí te agradezco tus enseñanzas, gracias a las que pude comprobar que el colocón "hindú" (a base de "bombay", je,je) no tiene la misma resaca que otros, ja,ja.
De todas formas y como imaginaba que no habriáis llegado a tiempo de ver en la tele la marcha Radetzy del concierto de año nuevo, os la he puesto como enlace para que disfrutéis de ella, ja,ja.
¡Ay, si no fuera por mí....!
Ya nos veremos.

Jesús dijo...

Ajajá!! El secreto de Stani para correr después de copazos nocturnos y noches de parranda. Le da al Bombay... no lo pruebo yo porque me van a decir que me convenció mi novia (también gasta de eso).

Muy buena, la entrada Xarli.

Bueno Feliz Año, que aunque todo siga igual, desarrugarse, y formular buenos propósitos aunque no sean nuevos, forma también parte del ciclo.

Jetlag-Man dijo...

Lo decía irónicamente. Que sólo faltabais tú y el Andreseitor, que está enfadado.