domingo, 17 de enero de 2010

De todo, oiga, de todo.

Con esto de los interneses ya no hace falta salir de casa para tener de todo. Y cuando digo de todo, digo de TODO, con todo lo que puede incluirse en una acepción tan basta y amplia.

Todo es la antítesis de la nada. Todo es sentarte en la silla del interné y encender el desordenador personal.. Digo desordenador por aquello de que más que ordenar vidas, diríase que las desordena; no hay más que ver la cantidad de afectados por el jobi-vicio en que se ha convertido para muchos críos -y no tan críos- esa especie de retiro internauta que practican, como si no existiera más que cibermundo... ¡y mucho ojito que el abuso de esto de los blogues también puede ser nocivo en dosis excesivamente elevadas!

Todo es que si no te apetece darte de topetazos con la gente física por los pasillos del Mercatrona, o del Fufur, o del mismísimo Cochinglés, puedes hacer tu compra tirando de tecla y haciendo el pago por obra y gracia del espíritu de la Mastercard. Todo es verte una película recién quemadita; todo es asistir al partido del siglo en tu diecinueve pulgadas y escuchando los comentarios en chino mandarín, con la emoción añadida de quedarte viendo a Casillas congelado en el aire en el justo momento en que Ibra remata a bocajarro (¡que expresión más tonta, por cierto, esta del "bocajarro" que se emplea tanto en el periodismo futbolero y que a mí sólo me trae recuerdos de cuando aprendí a mear sentadito y en el jarrico que hacía las veces de correpasillos!), por mor de un atasco de la descarga del satélite o de vete a saber tú qué servidor demoníaco en Kuala Lumpur.

En resumen: todo es todo lo que se te antoje. Seguro que se os ocurren miles de ejemplos. Hasta buscarte rollito puedes. No es necesario ni que te lo propongas. Para muestra un botón: a continuación transcribo un email que he recibido hoy. ¡Voy a tomarme una tila, pues resulta que a alguien le he hecho tilín!


Hola como estas? ;-)

Es probable que no recuerde quien soy, mi nombre es Ekaterina. Usted me dejo su e-mail a un sitio de citas. Pero yo no te escribi una carta de inmediato, porque tenia que salir en viaje de negocios a otra ciudad. No hace mucho tiempo llego a su casa y decidio escribir una carta.

Yo no quiero jugar el juego, yo quiero construir el amor. Soy una mujer que busca el principe, con quien yo seria feliz. Pero es muy dificil de encontrar en la segunda mitad de la imagen, ya que la Internet se ha divorciado de un monton de engano.
Si usted quiere encontrar la segunda mitad, por lo que le gustaria formar una familia.

Que encontro a esta persona, porque quiero empezar una familia, tener hijos, etc
No se, yo soy usted esta interesado o no, si usted quiere solo por diversion o jugar juegos en un tiempo vacio que perder.

Asi que si usted esta dispuesto a reunirse conmigo, voy a esperar a que su carta. :-)


No sé si echarme a remojo mientras me pienso con qué ropajes le gustaré más a la Ekaterina ésta -aunque viendo lo que dice, lo mismo le voy más si ropa, porque la chica te entra a saco y satén-, o si le regalo un libro de gramática española al fulano que ha traducido este email del ruso.

2 comentarios:

Jetlag-Man dijo...

Si no le ha gustado la redacción de la carta anterior, con sumo esmero vengo a ofrecer mis servicios. Prometer hijos no puedo, pero estas manos que saben poner a punto su bicicleta de imaginación rebosan.
Un servidor de usted.

XARLI dijo...

Ostras Ramón, seguro que te sigues entrenando en silencio, porque el toque poeta no lo has perdío, ja,ja.
Y por lo que veo tampoco has perdido seguidores de tu blog... eres un crack. Y además te caes de la bici y no te rompes los piños, ¡un artista, ya te digo!