sábado, 23 de enero de 2010

MOVIMIENTOS

El movimiento se demuestra andando. Hay cientos de formas de moverse. Cada ser de este mundo lo hace a su manera: unos reptan, otros vuelan, unos trepan, otros saltan, unos andan, otros corren... Y en estas el Hombre, en su inagotable demostración de formas de ser, es capaz de emularlas todas, adaptándose al medio.

Lo importante es moverse. Nunca quedarse quieto, aún a riesgo de que te tachen de inquuieto o de no salir en la foto, pues no es menos cierto que si no te mueves no llegas nunca a ningún sitio.

El movimiento. Siempre será el movimiento... Hay movimientos sociales, hay movimientos filosóficos, literarios. Otros las llaman corrientes. Como si se tratara de un río que fluye continuamente hacia el todo que es el oceáno, y hacia la nada paradójica de la desaparición de su esencia al verse mortalmente sumido en la inmensidad del mar.

Se mueve la Tierra...En Haití bien lo saben. Y como consecuencia se mueve el mundo, que sólo parece reaccionar ante estos impulsos sismográficos tan devastadores. Las neuronas y los corazones se reubican temporalmnte, pero cuando esta inercia que generan los medios de comunicación desaparezca, todo volverá a esa calma chicha, a esa falta de aliento y movimiento espiritual tan característica, perfecto contrapunto a la puta locura de movimiento descabezado que se ha inventado el hombre moderno, y al que le ha dado el ocurrente nombre de progreso.

A quien no lo practicara aún le recomiendo encarecidamente el movimiento. Los galenos deberían recetarlo más que el paracetamol o la amoxicilina. Quedarse quieto tal vez cure ciertos males físicos pasajeros, pero no los espirituales. Y además no te lleva a ninguna parte.

Hay movimientos migratorios, libre, como el de las aves.
Hay movimientos compulsivos, como la tos, o como la tragedia de la inmigración a la que ese ser, supuestamente superior en lo intelectual, le pone trabas tildándola de legal o ilegal por el mero hecho de venir acompañada de una burocracia maquiavélica -¿por qué no aprendemos de los pájaros?-.
Hay movimientos demográficos. Permitidme que os hable ahora de estos últimos. La demografía, con su etimología griega, viene a ser "la ciencia que tiene como objetivo el estudio de las poblaciones humanas y que trata de su dimensión, estructura, evolución y características generales, considerados desde un punto de vista cuantitativo".

¡Ay, la demografía! ¡Y la de vueltas que da la vida!... sobre todo cuando no paras de moverte. O cuando no paras de beberte a sorbos la vida, emborrachándote con sus maravillas o intentando olvidar las desdichas que se cruzaron en tu camino, consolándote porque hubo otros cuyas desgracias fueron mayores.

Nosotros no deseamos quedarnos quietos. Por eso tenemos el inmenso placer de anunciaros que en nuestra vida, si el azar juguetón no tiene otro plan, habrá en breve un "movimiento demográfico". Al contrario de lo que ocurre tras las catástrofes por los movimientos sísmicos, a nosotros será el movimiento demográfico el que nos causará un movimiento sísmico de esperanzadoras consecuencias.

No hacemos crecer la demografía. Tan sólo se trata de un pequeño ajuste: un casi imperceptible cambio para la demografía, pero un gran cambio en nuestra vida...¿no se trataba de moverse? Pues este paso al frente nos garantiza movimiento de por vida, cual pila Duracel.

¡Me río yo de las salidas de 100 kms. en bici! ¡o de las medias maratones sin apenas entrenamiento!... Mucho mejor que la morfina y el doping más sofisticado. Mi pequeña Leyre: en cuanto salgamos del agua, y nos quitemos el neopreno de ansiedad que tanto nos aprieta nos pondremos a pedalear en tu busca. Subiremos montañas, bajaremos por escarpadas sendas, vadearemos escorrentías. Lo que haga falta, preciosa. Al fin y al cabo, el movimiento se demuestra andando.

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