sábado, 29 de mayo de 2010

CARACOLES A MONTONES

Ayer me escapé del convento. Era mucha la tentación, y por mucho que digan que vive arriba (la tentación), te la puedes encontrar en cualquier lado. Lo siento mucho. Sé que os he fallado a los que esperábais con ansia viva a ver qué tal me iba en Los Alcázares después de otras dos semanas puras e impolutas... ¡ya no podré llegar al olímpico virgen de entrenamiento porque ayer pequé!

Lo hice con nocturnidad, como si pensara que la complicidad de la noche convertiría el pecado capital en venial. Y hoy me arrepiento. Mis rodillas están apenadas. Y de tanta pena, apenas se sostienen por la culpa.

Me tentó la noche, con su caricia fresca tras la lluvia de la tarde. La contemplación del neopreno, al que he tenido junto a mí, colgado en mi habitación desde que me lo vistiera por última vez para la reciente conquista de Carthagonova, junto a la queda soledad de las bielas de mi montura y el supino abandono de mis brooks, hicieron inútil la tenaz resistencia con la que había combatido hasta entonces la tentación de salir corriendo en busca del horizonte.

Hice oídos sordos, perdí la mirada y empecé a trotar llevado de antiguas y casi olvidadas pasiones. Fije el rumbo hacia el Norte, donde las tierras aún respiran, pensando que así podría escapar. Y fue entonces cuando vi las señales y comprendí que la noche no sería nada propicia, que había elementos que el destino o vete a saber tú si la virgen de la suelas desgastadas por el trote cochinero. ¡Caracoles a montones! ¡por cientos! ¡por millares! A ratos más me parecía granizo que hubiera caído del cielo, en forma de plaga bíblica.

Oía el crujido de sus débiles cascarones destrozando el runrún monótono de mi sufrido trote. Y la pena se hacía más grande. Al fin y al cabo, y con merecida razón, en las carreras me siento identificado con este simpático y baboso molusco gasterópodo, de lenta capacidad locomotora.

¿Cuántos cayeron sepultados por mis torpes zancadas? Por más que los intentara esquivar las aceras y hasta el asfalto de hallaba invadido de estos diminutos seres, intentando cruzar al otro lado. Dados sus escasos conocimientos de geografía no se daban cuenta de que donde antes hubo huerta ahora habían varios carriles de una vía de circunvalación.

Si, decididamente ha sido una señal. Dicen que el caracol más sabroso es el de tapia de cementerio, pero yo he decidido excluirlos tajantemente de mi abanico gastronómico. Seguro que Usaín Bolt no come caracoles.

Lo que no sé es qué será de mí en el Olímpico de Los Alcázares, toda vez que he diluído mi esencia. Lo mismo como penitencia no descarto hacer la bici con el neopreno...

PD: Por cierto Pepe, vete tomando nota para la próxima vez que te encarguemos un arroz y conejo... será sin caracoles.
PD2: Muy bueno todo lo del domingo pasado. Siempre es un placer pasar por vuestro Sequé.

2 comentarios:

BlueFury dijo...

Ey que tal fiera??
No hay mejor ensayo que las propias pruebas, así que para adelante con todas las que puedas.
Efectivamente hasta mediado de julio no voy a hacer nada de competi. Aun sigo enrolado en mi particular entreno de barra fija, ya sabes, BBC + despedidas de soltero + comidas de empresa varias + reencuentros con los exiliados del pueblo, y derivados que suelen ir acompañados de equilibrismos retrospectivos, "teee azcuerdach deee...".
Por otro lado te agradezco el link en este gran blog que suscribes al que procedo a hacer referencia en mi fanzine de paranoias propias. Por cierto añader el sindicador RSS para que tus forofos más incondicionales te podamos seguir con más facilidad, que si no se me pasan crónicas como la de Cartagena (sin desperdicio).
Bueno, que me enrollo !!! Un abrazo.

XARLI dijo...

BF, en lo de las barras fijas me ocurre al contrario que en el tri. Si para el tri no entreno pero compito, en las barras fijas me entreno pero no compito.
Aunque estos días lo mismo estoy entrenando la natación en silencio sin darme cuenta, ¿o lo de tomarse unas marinericas mojándolo con su buen quintico no se considera entrenamiento acuático? jaja.
En cuanto a lo de las crónicas, prepárate para la del olímpico de este sábado... voy a ir a Los Alcázares el día antes para ambientarme y todo. ¡No te digo más!