jueves, 28 de mayo de 2009

El triatlón vuelve a tomar Carthago Nova


En sus tiempos fueron los cartagineses y luego los romanos. El domingo volvimos a ser la troupe triatlética la que, un año más (y ya van cuatro), invadimos el puerto de Cartagena. Porque para ser "troupe" no hace falta ser artistas (aunque reconozco que algunos hay de calidad innegable en esto del triatlón), basta con que haya un grupo de personas que vayan juntas o que obren de forma similar. No se excluye a ningún globero, aficionado o profesional, que de esos también seguimos quedando (más adelante diré por qué).

Pues eso, que con la capaza de ilusión llena, me presenté en la salida de Cartagena... (!arsa! ¡que arte por Dios! Garcilaso de la werta a mi lado un vulgar tuercerenglones).

Ya sé que había dicho en mi anterior entrada que iba a volver por mi fueros de picoesquinero rebelde-güey, pero no me he podido resistir a contaros lo bien que me lo pasé, y eso que era el único "rumbero" en liza (Pepe Raja se dejó ver pero iba de paisa), porque a Juanico lo tengo acojonaico, y el Stani (mi particular cicerón de la bici del sábado porque me está llevando a conocer lugares de la murciana geografía que desconocía que existieran) se me rajó, después de lo reventaico que lo dejé el pasado sábado camino de Caprés (¡acho, que tuvo que darlo tó para descolgarme, ja,ja!).

Pues eso, allá que llegamos mi bici, mi media mandarina obrando de utillera y servidor, con la sana intención de mejorar actuación respecto al año anterior. Hombre, no digo yo que si, de paso, le curraba la badana al hijo del padre al que también le di para el poco pelo que gasta el sábado (vamos, el garbanzito junior para más señas, ja,ja, ¡qué cabroncete me estoy volviendo!), pues eso, mejor que mejor. Lo que no esperaba yo era llegar antes que otras gentes que suelen estar por delante de mi habitualmente.

Pero vayamos por parte:

1) el agua
Me había llevado el neopreno por si acaso. Pero inicialmente lo dejé en el coche, pensando que se podría nadar sin él. Al final, una vez recogido el dorsal, y como se permitía su uso (no como el año pasado en que todos nadamos sin él) y la mayor parte de la gente se lo estaba poniendo (también me lo recomendaron Paquico y mi amigo Jurg Lukas), volví al coche a por él, y aún tuve que volver una segunda vez porque me dejé el dichoso gorrito. Este pequeño olvido, que puede sonar a globería (a mí me lo pareció entonces, creo que luego me vino estupendamente para la bici).

Me echo la vaselina de rigor (luego podría comprobar que no fue suficiente) y con el tiempo justo llego al espigón desde donde se sale. Observo con alegría que han modificado el lugar de salir del agua, por lo que no tendremos que aguantar la respiración en los últimos metros. ¡Y a nadar!

Salgo el último, pero cojo el ritmo rápidamente porque me aprovecho de algún hueco que me permite nadar desde el principio. Tampoco es que me confundieran con Tarzán a la salida, pero salgo con la sensación de haberlo hecho bastante bien... Ahora, una cosa es la sensación y otra la sentencia del crono: 17'10'' ... ¡joder! con esta marca no me llevan a la Olimpiada aún, y tampoco con el que empleo en la primera transición. Lo único bueno es que aún quedan bastantes bicis cuando salgo y que esta vez no me ha pillado Mabel en el agua, ja,ja.


2) la bici
nada más salir aprieto el culico para pillar un grupo que parece estar formándose. Parece haber gente buena. Menos mal que lo veo a tiempo, porque los últimos empiezan a quedarse con el primer acelerón. Otra vez aprieto el culo para que no se me vayan los tres de cabeza. Hay uno de Molina que nos pone en fila de a uno a más de cuarenta por hora. Cómo será la cosa que casi estoy deseando que llegue la pequeña subida... Y efectivamente la cuesta arriba tiene el efecto esperado y se ralentiza el ritmo. Yo me sorprendo porque voy con buen golpe de pedal en la rampica de marras. Pero mi sorpresa es aún mayor cuando lo que me pasa es que se me van en la bajada y tengo que volver a apretar los dientes al terminar la bajada (más que nada por el miedo a volver a perderlos, ja,ja). Empiezo a tener la sensación de que así no voy a poder aguantar el ritmo.



Y efectivamente, en la segunda bajada definitivamente se me van y me tengo que conformar con formar otro subgrupo con los más torpes bajando. Pero de nuevo en la tercera bajada se me van y ya desisto de quemarme más, porque es toda una incógnita lo que seré capaz de hacer a pie.


3) la carrera a pie
La segunda transición ya la hago un poco mejor. Tal vez contento por haber visto salir a un gran grupo de corredores justo cuando estaba llegando yo a boxes. Eso debe significar que de tiempo voy muy bien. Y efectivamente, miro el reloj y haciendo cálculos me doy cuenta de que llevo un considerable adelanto con respecto al año pasado.

El recorrido a pie lo han cambiado. Ya no pasa por el centro, sino que va por fuera de la muralla. Pero también tiene su subida. Me acuerdo de Elche y mi yo-gandul me empieza a pedir que ande un poco. Yo me resisto y, a pesar de que me adelanta gente, también voy superando yo a alguno que otro. Tampoco es que haya mejorado a pie últimamente, pues no entreno demasiado esa parte, pero una vez que parecen haberme abandonado los dolores de viejo varicoso si que noto que corro con otros brios.

En el regreso de la segunda vuelta hasta me da por incrementar el ritmo. Y me responden tanto las piernas como los higadillos. ¡Ala! ¡Pues nada! Así hasta meta, que aquí hemos venido a sufrir un poco.

4) la recompensa
Mi puesto final y mi tiempo (casi cinco minutos menos que el año anterior), lo dicen todo. Puesto 100 de unos 170. Nunca había dejado a tanta gente por detrás proporcionalmente, entre ellos al amigo Felipe, que está de un flojo que asusta (él dice que es por el trabajo pero estoy seguro que es por culpa de Cupido que lo tiene asaeteado).

Ahora bien, una cosa si que eché en falta, y fue esa cervecica al final. Anda que sí, ¡vaya compañeros de equipo que tengo!.. muchos aironmanes y muchas gaitas, pero a la hora de la verdad, soy yo el que se zampa los esprines. Va a resultar que no sóis tan "rumberos", ja,ja.

A mi amigo Luis Miguel, de Fuente Alamo, le pasó de toiquio. Pues nada Luis Miguel, así te vas curtiendo, que tú eres joven. La próxima vez ya verás como vamos juntos.

Creo que no se me olvida nada. ¡Ah si, una aclaración!....


NOTA ACLARATORIA: Por si le echáis un vistazo a los tiempos parciales de la clasificación oficial, no os creáis que soy el repuesto de Valverde (porque aparezco como el 32 en el tiempo de la bici), ¡que tampoco soy tan malo a pie!, ja,ja.

3 comentarios:

stani dijo...

acho! que en las fotos vas con un grupicos de bollycaos que no te quiero contar.... joder dentro de poco élite, cabrón....jajajaj. lo de la cerveza no me seas marica que el sábado te hiciste el sueco.... esto ya huele a Zarautz. olé.

Jesús dijo...

Menudo nivel que vas cogiendo.. a este paso, mejor que vas tu y lesionadillo que tenemos al Noya, en la próxima foto no será de pega y lo pasas de verdad.

Y lo del gorro y la bici. Creo que no lo has explicado¿?

XARLI dijo...

Stani, tienes razón en una cosa, pero no es en calificarme de marica ni de cabrón... ¡oye! por cierto, te imaginas un marica que fuera cabrón... podría ser un mari-cabrón. Weno, pues eso, que ya se huele Zarauz. Si allí me responden las fuerzas como en Cartagena, ¡que se prepare la élite, que entonces no tendré que trucar fotos, ja,ja!.
Jesús, ya te digo. Pero Noya no tiene que tenerme miedo, que yo seguiré dejándole ganar...
Lo del gorro y la bici no es ningún secreto. Tan solo una globería (no me olvido de mis orígenes, ja,ja) y es que tuve que volver al coche hasta 2 veces, una a por el neopreno y otra a por el gorro (memoria de pez es lo que tengo) y como lo hice a lomos de mi bici, pues me sirvió para calentar las piernas, y luego como que me noté mejor en bici... Pensándolo bien seguro que también han tenido algo que ver las sesiones sabatinas que me he pegao con el hijo del viento y sus "emboscadas" ciclistas.